Historia de Nuestra Diócesis

Memoria histórica de la Diócesis de Puntarenas

El 17 de abril de 1998, marcaría la vida de todos los habitantes del pacífico central de Costa Rica, pues, a través de la bula “Sacrorum Antistites” su santidad san Juan Pablo II, inspirado por el Espíritu Santo, en el año a Él dedicado, erigió la naciente Diócesis de Puntarenas. Respondiendo a la petición de los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, que tenían el objetivo claro de atender de mejor manera las necesidades pastorales de los territorios que conforman la Diócesis. 

Mediante el Decreto de ejecución de la Bula, el Nuncio Apostólico del momento Mons. Giancito Berloco (arzobispo titular de Fidene y Nuncio Apostólico en Costa Rica), declara constituida la Diócesis de Puntarenas. Respecto a esto, se expresa en el decreto: “habiendo recibido la Bula, titulada Sacrorum Antistites, del Sumo Pontífice Juan Pablo II, (…) con el presente Decreto lleva a ejecución todo lo establecido por la Bula Pontificia y declara constituida la Diócesis de Puntarenas, con todas las obligaciones y los derechos propios de su condición”. El mismo documento establece que la nueva Diócesis tiene su sede en la ciudad de Puntarenas y eleva el templo del lugar dedicado al Sagrado Corazón de Jesús a la dignidad de Catedral. Y que la Diócesis de Puntarenas es sufragánea de la Arquidiócesis Metropolitana de San José. 

La naciente Diócesis tomaba territorios hasta ese entonces pertenecientes a la Diócesis de San Isidro del General (los cantones de: Aguirre y Parrita) y de la Diócesis de Tilarán (los cantones de: Garabito, Esparza, Montes de Oro y Puntarenas). 

De esta forma, se establece la Diócesis de Puntarenas con una extensión de 3.910 kilómetros cuadrados y una población que rondaría los 173.748 habitantes, donde 75% de la población se concentraba en la parte central de la Diócesis. 

1.1 El primer obispo:

El Sumo Pontífice nombraría entonces primer obispo de la Diócesis al Pbro. Hugo Barrantes Ureña, que, al momento de su nombramiento, servía como Vicario General de la Diócesis de San Isidro. En la Bula Pontificia de su nombramiento se expresa: “a ti, amado hijo, te hemos considerado idóneo para regirla puesto que estás adornado de las debidas y convenientes cualidades y versado en las cosas eclesiales. Por tanto, con el voto favorable de la Congregación para los Obispos y con Nuestra Autoridad Apostólica, te nombramos Obispo de Puntarenas, dándote todos los derechos e imponiéndote igualmente todas las obligaciones”.

Monseñor recibiría la plenitud del sacerdocio un 16 de julio de 1998, Fiesta de Nuestra Señora del Carmen, patrona de la nueva Diócesis, en el Estadio Miguel Ángel “Lito” Pérez, en el centro del cantón de Puntarenas, siendo el consagrante principal el Excmo. arzobispo metropolitano +Mons. Román Arrieta Villalobos, acompañado por Mons. Ignacio Trejos Picado, obispo de San Isidro del General y +Mons. Héctor Morera Vega, obispo de la Diócesis de Tilarán. Los demás obispos presentes actuaron también como ordenantes.

Entre ellos llama particularmente la atención la presencia del Señor Nuncio Apostólico del momento, S.E.R. Mons. Giacinto Berloco, quien dirigió la homilía (misma que es custodiada en el archivo histórico diocesano) haciendo especial hincapié en la similitud que encontraba entre lo que se vivía y el pasaje evangélico a la orilla del mar, donde Jesús llamó a Pedro a seguirlo, aprovechando este mensaje, Monseñor llama al ordenando a “remar mar adentro”, observando la necesidad de las personas cuyas barcas se encuentran vacías, ofreciendo metáfora de las personas presentes cuyas vidas pueden estar necesitadas de ser llenadas por Dios. 

A la Ordenación Episcopal, asistió también el entonces presidente de la República Dr. Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, acompañado de la distinguida primera dama. 

En su mensaje de Ordenación Episcopal, Monseñor Hugo Barrantes Ureña, hizo un llamado al presbiterio, vida consagrada y laicos de la nueva Diócesis, ante el nuevo reto que enfrentaría desde ese momento la Diócesis, pues desde su creación, ha enfrentado grandes retos en áreas como: la situación económica y social de zonas rurales, pescadores, zona turística, asimismo elementos como la familia, la escasez de sacerdotes y agentes de pastoral, la atención urgente de niños, jóvenes, ancianos y enfermos. 

Ante esta realidad y citando textualmente las palabras del Señor Obispo: “urge una iluminación y transformación desde el Evangelio, mediante el testimonio y una actitud realmente misionera”. El prelado pidió a su clero que prepararan, sembraran, oraran y recogieran, en la nueva mies a ellos encomendada. 

Fueron los mismos sacerdotes diocesanos y laicos comprometidos de la nueva Diócesis de Puntarenas quienes se encargaron de toda la organización del evento, entre quienes destacan el sr. Marvin Baldioceda como coordinador, la señora Ana Rita Alvarado como tesorera, el Pbro. Juan Carlos Castañeda, como encargado de liturgia, el Pbro. Miguel Rojas como encargado de alimentación, el Pbro. Rafael Barrantes como encargado de recepción y hospedaje, el Pbro. Víctor Hugo Berrocal como encargado de prensa, el Pbro. Luis Carlos Aguilar como encargado del estadio, el Pbro. Alonzo Azofeifa como encargado de seguridad, entre otros sacerdotes y laicos que dedicaron su esfuerzo y dedicación para que la Ordenación Episcopal del primer obispo de Puntarenas fuera todo un éxito. 

Mons. Hugo celebró su primera eucaristía como obispo puntarenense el mismo día de su Ordenación al ser las 6:00 de la tarde y a partir de momento su unió a las actividades diocesanas en honor a la Virgen del Mar, entre las cuales, encabezó la procesión marítima. 

Su escudo episcopal tiene 4 elementos que sobresalen: en el centro las palomas con cabeza aureolada sobre el anagrama de María y una flor de azucena, símbolo de que la Diócesis fue erigida en el año dedicado al Espíritu Santo; asimismo la Virgen, que es patrona de la Diócesis bajo la advocación de la Virgen del Carmen. Destacan también el Corazón de Jesús y un sol naciente tras una isla con palmera, que representan la devoción de Monseñor al Corazón de Jesús, quien es patrono de la Catedral y que la Diócesis marinera, nacida en Pascua, recuerda el surgimiento de Jesús del sepulcro como sol victorioso que vence las tinieblas de la muerte y el pecado. El lema es una forma abreviada de los ángeles en navidad “Gloria y paz” que expresa el doble dinamismo que se desea impulsar en el pastoreo de la Diócesis: fidelidad a Dios y al hombre. 

1.2 Los primeros pasos de la nueva diócesis:

Dos meses después de su creación, para setiembre de 1998, la Diócesis contaba con 14 parroquias y un centro de animación pastoral, un clero de aproximadamente 20 sacerdotes, 4 seminaristas y 4 congregaciones religiosas. Monseñor Hugo puso todo su empeño en lograr prestamos de sacerdotes con diócesis y congregaciones de religiosos internacionales, así también solicitó a algunas congregaciones religiosas su presencia y trabajo pastoral en la nueva Diócesis necesitada de una muy fuerte labor social y evangelizadora. Se conservan en el archivo diocesano algunas de las cartas emitidas por Monseñor a superiores y superioras de distintas congregaciones religiosas y obispos de diócesis internacionales, tales como: Hna. Alice Aguilar (superiora de las Hermanas de la Asunción), Madre Leonor Soto (superiora de las hermanas de Nuestra Señora de la Paz), Pbro. Domingo Rodríguez (superior de los padres trinitarios), Sra. Nirmala M.C. (superiora de las Misioneras de la Caridad), Pbro. Juan María Pío (Misionero Comboniano), Sor Carmen Ronquillo (provincial de las Hijas de María Auxiliadora), Reverenda Madre general de las Misioneras de la caridad de María Inmaculada, Reverenda Madre general de las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo, Excmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal Antonio María Rouco Varela (Arzobispo de Madrid, España), Mons. Alberto Giraldo Jaramillo (arzobispo de Medellín, Colombia), etc. 

El clero de la Diócesis estaba constituido por alrededor de 20 sacerdotes diocesanos entre los que estaban: Pbro. Emilio Montes de Oca, Pbro. Rigoberto Segura Godoy, Pbro. Luis Carlos Aguilar, Pbro. Juan Carlos Álvarez, Pbro. Víctor Hugo Berrocal, Pbro. Gustavo Meneses, Pbro. Miguel González, Pbro. Fray Eladio Cubero, Pbro. Miguel Rojas, Pbro. Johnny Ledezma, Pbro. Manuel Almendros, Pbro. José Antonio Maya, Pbro. José Luis Infante, Pbro. Rafael Barrantes, Pbro. Juan Francisco Catalán, Pbro. Alonzo Azofeifa, Pbro. Juan Carlos Castañeda, Pbro. Juan de Dios Bermúdez, Pbro. Eudolio Solís, Pbro. Omar Romero, Pbro. Oscar Barrantes y Pbro. Gilberth Anchía. 

Con respecto al clero y su servicio, el primer Vicario General de la Diócesis fue el Pbro. Emilio Montes de Oca Cordero, quien se desempeñó en la labor desde que Monseñor recibió el episcopado en 1998, el padre Montes de Oca, sirvió también como Moderador de la curia diocesana. 

El primer consejo presbiteral estuvo conformado por seis sacerdotes: Pbro. Manuel Almendros, Pbro. José Antonio Maya, Pbro. Alonso Azofeifa, Pbro. Eudolio Solís, Pbro. Rafael Barrantes y Pbro. Emilio Montes de Oca. 

El consejo de consultores fue conformado por Pbro. Manuel Almendros, Pbro. José Antonio Maya, Pbro. Miguel Rojas y Pbro. Emilio Montes de Oca. 

El Consejo Económico Diocesano estuvo a cargo del Pbro. Miguel Rojas, quien fungía como ecónomo diocesano, acompañado de los presbíteros Manuel Almendros y Emilio Montes de Oca. 

Pastoralmente la Diócesis estaba conformada por 14 áreas de pastoral, todas dirigidas por un sacerdote ayudado por una comisión que generalmente estaba conformada por laicos. Las áreas de pastoral y sus encargados eran las siguientes:

- Pastoral de Laicos y Ecumenismo: Pbro. Luis Carlos Aguilar Badilla

- Pastoral Familiar: Pbro. Eladio Cubero Castro.

- Pastoral Juvenil: Pbro. Gustavo Meneses Castro

- Pastoral Vocacional: Pbro. Miguel Rojas Castillo

- Pastoral Social: Pbro. Oscar Barrantes Guevara

- Pastoral Catequética: Pbro. Víctor Hugo Berrocal Quirós 

- Pastoral de Misiones: Pbro. Rigoberto Segura Godoy

- Pastoral Turística y Migraciones: +Pbro. Rafael Barrantes

- Pastoral Litúrgica: Pbro. Juan Carlos Castañeda Rodríguez

- Pastoral del Clero y Comunicación Social: Pbro. Emilio Montes de Oca Cordero

- Pastoral Educativa: Pbro. Juan de Dios Bermúdez Quesada

- Parroquia Personal Fuerza Pública: Pbro. Alonso Azofeifa Ulate

Existían en la Diócesis en sus inicios (primeros 5 años) varios movimientos laicales de apostolado, entre los que se puede mencionar: Movimiento Familiar Cristiano, Infancia Misionera, Encuentros de Promoción Juvenil, Camino Neocatecumenal, Renovación Carismática Católica, Cenáculos del Rosario, Encuentros Matrimoniales, Cáritas, Damas del Santísimo Sacramento, Retiros Juveniles, Jornadas de vida cristiana, catequistas, grupos de liturgia y Movimiento de los Focolares.  

La Diócesis fue dividida en cuatro zonas (que años después serías las vicarías), para mayor comodidad y eficiencia pastoral: Central, Costera, Montaña y Península. Cuyas parroquias estaban organizadas de la siguiente manera:

1. Zona Central:

Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, Catedral de Puntarenas.

Parroquia Nuestra Señora del Carmen, Barrio el Carmen.

Parroquia La Santa Cruz, Chacarita.

Parroquia Medalla Milagrosa, Barranca. 

Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, Barranca. 

2. Zona Montaña:

Parroquia Espíritu Santo, Esparza.

Parroquia Nuestra Señora del Carmen, Miramar.

Parroquia Inmaculada Concepción, Sardinal.

Parroquia Santa Elena, Monteverde.

3. Zona Península:

Parroquia Inmaculada Concepción, Cóbano. 

Parroquia San Juan Bautista, Paquera.

Parroquia Jicaral. 

4. Zona Costera:

Parroquia Inmaculada Concepción, Jacó. 

Parroquia San José Parrita.

Parroquia Inmaculada Concepción, Quepos.

Centro de Animación Pastoral San Antonio de Padua, Parrita. 

Había también en la Diócesis 5 años después de su creación, presencia de algunas congregaciones religiosas, entre ellas: hermanas Franciscanas de la Purísima Concepción, Hermanas de la Caridad de Santa Ana, Hermanas Misioneras de la Asunción, Misioneras Esclavas del Inmaculado Corazón de María, Hermanos Franciscanos de Cristo Obrero y Hermanas de Nuestra Señora de Sion. 

1.3 Problemática económica, social y religiosa de la Diócesis:

Desde los primeros pasos la nueva Diócesis de Puntarenas enfrentó grandes problemáticas económicas y sociales a las cuales Monseñor Hugo, acompañado por su puesto por sacerdotes y laicos, buscaron responder y hacer frente a la realidad de pobreza que se concentraba sobre todo en la zona central de la Diócesis, pues la concentración de población generó un crecimiento acelerado de barriadas pobres en las periferias de la ciudad de Puntarenas, donde las familias carecían incluso de lo fundamental. Sin embargo, este no era el único elemento preocupante, pues, la mayoría de los pobladores de la diócesis se dedicaban a labores de pesca y agricultura, ambos sectores en crisis y de inhumana pobreza. 

Asimismo, Monseñor desde esa fecha se preocupaba por las pocas fuentes de trabajo existentes en la Diócesis, pues los pobladores se dedicaban mayoritariamente a la pesca, reducida por la contaminación, grandes embarcaciones y leyes políticas; la agricultura, que sufre por las políticas económicas que no le permiten estabilidad, ni créditos blandos; y el trabajo en las instituciones del estado, reducido por las políticas de privatización. 

Por todo esto, la Diócesis tiene (hasta día de hoy), uno de los índices más altos de pobreza en todo el país. 

Además de las problemáticas socio-económicas, Monseñor se preocupó y promovió una respuesta a las necesidades religiosas y pastorales de la Diócesis pues, los retos de evangelización tampoco eran pocos: necesidad de formación para laicos, catequistas, delegados de la Palabra, etc. Incluso el aumento de sectas protestantes demandaba una mayor presencia en todos los barrios y pueblos de la Iglesia local. 

Ante todas estas problemáticas, la Diócesis de Puntarenas desde su nacimiento, ha realizado fuertes esfuerzos en pro de los más pobres y afectados, Monseñor Hugo, procuró desde el primer momento, abrir espacios de dialogo que pudieran favorecer a los sectores más vulnerables del Pueblo de Dios. Como ejemplo tomamos la reunión organizada por la Diócesis para el dialogo sobre la problemática del golfo de Nicoya desde abril de 2001 con presencia del Ministerio de Salud, el Instituto Costarricense de Turismo, la Compañía Nacional de Fuerza y Luz, el Instituto Costarricense de Pesca y Acuacultura, entre otros., e incluso la carta que dirigió al entonces presidente de la República el Dr. Abel Pacheco, expresando su preocupación por las más de 400 familias que obtienen su sustento por medio de la pesca camaronera y la difícil situación que enfrentaban. Estuvo también presente el Señor obispo en las discusiones y conversaciones sobre el tema de la minería a cielo abierto y la explotación del oro en la zona de Miramar. 

Otra importante problemática a la que dar respuesta era vital, era el aumento de la prostitución en la zona de Puntarenas debido al aumento de la pobreza y el auge turístico que tenía Puntarenas, se estima que una gran cantidad de mujeres para ese entonces ejercía el trabajo sexual. Ante esto, Monseñor impulsa la creación de una “Casa de Acogida”, con el objetivo de que allí se pudiera atender y brindar a las mujeres dedicadas a la prostitución atención emocional, educativa y espiritual. Esta casa fue atendida por las hermanas misioneras esclavas del Inmaculado Corazón de María. 

No se puede ignorar tampoco los esfuerzos que ha realizado la Diócesis desde tiempos antiguos en el Hogar Monserrat y el Hogar Cristiano, ambos lugares que procuran el cuido y educación de niños y niñas en condición de vulnerabilidad. 

1.4 Pastorales específicas

La historia de la Diócesis hace constar que la labor que realizaron los primeros padres de la Diócesis no fue tarea sencilla, por el contrario, requirió de suma entrega y dedicación de su parte, para que la labor en esta extensa mies, se realizara, con ayuda de Dios, de la mejor manera. Los distintos grupos y movimientos fueron formándose poco a poco y con paciencia, hasta llegar a lo que son hoy. 

Monseñor Hugo Barrantes una vez que tomó posesión de la Diócesis comienza a organizar las diferentes áreas de pastoral de la Diócesis: Pastoral Litúrgica, Pastoral Social y Pastoral Profética. Para ello asigna según las necesidades y servicios en cada área un presbítero responsable. 

En el mismo escrito, el Pbro. Óscar, enumera una serie de proyectos que pretendieron realizar en el año 2002, como las giras parroquiales, campaña antidrogas, bien social, agentes de pastoral, proyectos de desarrollo de la comunidad y una red solidaria. 

Para setiembre de 2002, tuvo lugar el I Encuentro de Pastoral Social- Cáritas en la Diócesis de Puntarenas, que se desarrolló en el Centro Pastoral de Herradura en la Parroquia de Jacó, los días 28 y 29 de setiembre. Cada parroquia de la Diócesis podía enviar un máximo de 5 miembros o laicos comprometidos que participaran del encuentro. 

El padre Miguel, inicia en 1999 formalmente con la Promoción Vocacional en la Diócesis, para ello, se solicitó el servicio de dos seminaristas del Seminario Central, con los que se intentó conformar en cada parroquia, Comisiones Parroquiales de Promoción Vocacional. Así también, organizaron una serie de convivencias mensuales y se realizó un visiteo en las parroquias para promoción e información. 

Este primer esfuerzo fue bien recompensado, pues en su inmensa bondad el Señor dio a la Diócesis, dos jóvenes que ingresaron al Seminario y una joven que ingresó al Instituto de las hermanas Bethlemitas. 

El esfuerzo y trabajo, Diocesano y parroquial (con las Comisiones Parroquiales), continuó en el 2000, dando como resultado un joven en el Seminario Introductorio y dos enviados a la Casa Santa María en la vecina Diócesis de San Isidro del General donde se formaban para completar el Bachillerato y así cumplir con ese requisito indispensable para un eventual ingreso a la formación sacerdotal o religiosa. 

Es hasta el año 2001 que se logra contar con una Comisión Diocesana de Pastoral Vocacional y gracias a esto, la Diócesis celebró el primer Congreso Vocacional en el que, ayudados por la gracia del Espíritu Santo, se elaboraron las líneas mas concretas que permitieron acercarse más a la realidad diocesana y responder mejor en cada campo de la Evangelización. 

La mencionada Comisión Diocesana estuvo conformada por: Pbro. Miguel Rojas Castillo, Pbro. Francisco Catalán, Pbro. Juan Carlos Álvarez, el entonces seminarista Alexander Alfaro (hoy Presbítero), Miguel Alvarado Lobo (quien se desempeñaba como secretario ejecutivo), Ana Guevara Guevara, Edgar Murillo Chan, Zoraida Ríos Abarca, Alexis Ugalde Espinoza, Dinora López Vindas y las hermanas Rebeca (de las Hermanas Misioneras de la Asunción) y Lorena (de las Hijas de la Caridad de Santa Ana). 

El primer plan de trabajo realizado por la comisión diocesana data del año 2003, en ese momento con la ayuda metodológica y la motivación del padre Víctor Manuel Salas, se ofreció incluso un pequeño libro que pretendía trazar las líneas generales por las que pretendían fortalecer la Evangelización de los jóvenes en los primeros pasos de los grupos juveniles en las parroquias. 

1.5 Episcopado de Monseñor Óscar Fernández Guillén: 

El primer obispo de la Diócesis de Puntarenas, fue nombrado el 31 de julio de 2002, por Su Santidad San Juan Pablo II, como el sexto arzobispo metropolitano de la Arquidiócesis de San José y deja la cátedra de Puntarenas necesitada de un nuevo pastor diocesano. Por lo que el 4 de junio de 2003, el mismo papa San Juan Pablo II, nombra al Pbro. Óscar Fernández como el segundo obispo diocesano de Puntarenas, quien era parte del clero arquidiocesano y al momento de su nombramiento fungía como rector del Seminario Mayor Central con sede en Paso Ancho. 

La Nunciatura Apostólica de Costa Rica en 2003, a través de Antonio Sozzo, Nuncio Apostólico, comunican al reverendo padre, presbítero Emilio Montes de Oca Cordero, Pro-Vicario de la Diócesis de Puntarenas en ese momento, que el 4 de junio de ese año, sería anunciado en horas de la mañana en Roma, que el Santo Padre ha nombrado Obispo de la Diócesis de Puntarenas al Reverendo Padre Oscar Fernández Guillén. El Nuncio Apostólico Antonio Sozzo en su carta dirigida al Pbro. Montes de Oca expresa: “Agradecidos con Cristo, Buen Pastor, por el don concedido a Costa Rica y a la Diócesis de Puntarenas en particular, con la llamada de uno de sus hijos a la plenitud del Sacerdocio, pedimos al Señor que derrame desde ya abundantes bendiciones sobre Monseñor Óscar y su futura labor episcopal.”

Al igual que su predecesor, Mons. Óscar Fernández recibió la plenitud del sacerdocio en el estadio Miguel Ángel "Lito" Pérez, el día 25 de julio del 2003, Fiesta de Santiago Apóstol, a manos de su predecesor, Mons. Hugo Barrantes Ureña y actuaron también como consagrantes: +Mons. Román Arrieta Villalobos (entonces arzobispo emérito de San José) y Mons. José Francisco Ulloa (el entonces Obispo de Limón), además de los otros obispos presentes. 

Durante su episcopado Monseñor fue elegido como Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, cargo que ocupó en dos periodos, hasta 2017, fue obispo delegado y responsable la Comisión Episcopal de Vocaciones y Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal, entre los días 4 y 25 de octubre de 2014 fue el delegado-representante de Costa Rica en el Sínodo extraordinario de obispos sobre la familia, fue delegado-representante en 2015 en la XIV Asamblea General Ordinaria del sínodo de obispos, entre otros. 

1.6 Creación de las vicarías:

Monseñor Hugo, había tomado la decisión de dividir la diócesis en cuatro zonas con sus respectivos nombres, estas zonas contaban con presbíteros encargados de acompañar el desarrollo pastoral, la adecuada vida del presbiterio y la atención integral de todas las comunidades parroquiales. El presbiterio de cada zona desarrolló encuentros de formación permanente para su atención espiritual sacerdotal y de reflexión pastoral. Incluso, la organización y análisis de la realidad socio-religiosa de la Diócesis se realizaba tomando en cuenta estas zonas.  

Tomando esto, Monseñor Óscar, con el objetivo de dar sustento canónico a estas zonas, por medio de un decreto con fecha del 4 de junio de 2005, decide establecer estas zonas como vicarías foráneas, estableciendo en ellas un Vicario Foráneo, por un periodo de tres años, que asumiera las responsabilidades que para los mismo establece la Legislación Universal de la Iglesia. 

De esta forma quedarían formadas las Vicarías con los nombres que tuvieron las zonas: Vicaría Central, Vicaría Norte, Vicaría Península y Vicaría Costa. 

1.5 XXV Aniversario:

En el año 2023, la Diócesis de Puntarenas celebró su Aniversario número XXV con gran júbilo y algarabía, conscientes de la gran labor realizada por los valientes pastores que asumieron la Diócesis con gran celo pastoral y enfrentando con fuerza los muchos retos que representa, hasta hoy, la Diócesis. 

Toda la preparación previa fue asumida por una comisión, que en un inicio toma el nombre de “Comisión organizadora de las Bodas de Plata Diocesanas”, término que después se corrige pues no correspondía, toma el nombre entonces de “Comisión Organizadora del XXV Aniversario de la Diócesis de Puntarenas”. Dicha comisión iniciaría con la participación de las siguientes personas: Mons. Óscar Fernández Guillén (Obispo de Puntarenas), Pbro. Miguel Rojas Castillo (Vicario Foráneo de la Vicaría San Juan Bautista), Pbro. Ricardo Brenes Méndez (en sustitución del Vicario Foráneo de la Vicaría Espíritu Santo), Pbro. Fray Armando Bayard, O.S.A. (Vicario Foráneo de la Vicaría Fray Casiano de Madrid), Pbro. Víctor Hugo Berrocal Quirós (Vicario Foráneo de la Vicaría San José), Hna. Amelia Buitrago (en representación de las Hijas de la caridad de Santa Ana), Hna. Auxiliadora Júnez Espinoza, H.M.A. (en representación de las Hermanas Misioneras de la Asunción), los seminaristas Cristopher Rojas y Javier Bustamante García, los señores Víctor Hugo Mora Amador (laico representante de la Vicaría San José), Marco Tulio Quirós (laico representante de la Vicaría San Juan Bautista), Ernesto Mora Prado (músico) y la señora Lucrecia González Alvarado (laica representante de la Vicaría Espíritu Santo). 

Dicha comisión iniciaría sus labores con una primera reunión que tuvo lugar en la Curia Diocesana del 13 de diciembre de 2022.  En dicha reunión se trataron temas de organización y planeación en ámbitos como: litúrgico, económico, social, sinodal, etc., se acordaron la creación de diversos elementos representativos del XXV Aniversario. 

Tres meses después, el día 8 de marzo de A.D. 2023, tuvo lugar en la Curia Diocesana la segunda reunión de dicha comisión, en la que se integraron a ella las siguientes personas: Pbro. William Benavidez Araya (Vicario Foráneo de la Vicaría Espíritu Santo), Pbro. Sergio Hernández (Párroco de la Parroquia Santa Elena, Monteverde), Pbro. José Andrés Quirós Vargas (Administrador Parroquial de la Parroquia la Santa Cruz de Chacarita), Pbro. José Daniel Torres Coto (Vicario Pastoral), Pbro. Rigoberto Segura Godoy (Cura Párroco de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, Catedral de Puntarenas), Pbro. Alexander Alfaro Chavarría (Ecónomo Diocesano), Hna. Emérita Venegas (en sustitución de la Hna. Amelia Buitrago y en representación de las Hijas de la caridad de Santa Ana), los laicos: Keifred Josué Vásquez Mesén (Secretario Diocesano de Pastoral y Comunicación), Kathya Ramírez Umanzor y Eva Cascante Ramírez (laicas representantes de la Vicaría Espíritu Santo y Leda María Villarreal Pizarro (Secretaria de la Curia Diocesana). 

Dicha reunión tiene como tema principal la ejecución de las propuestas suscitadas en la primera y segunda reunión y la organización de la Santa Eucaristía de apertura del año jubilar por el XXV Aniversario, que se celebraría en la propia fecha de la erección de la Diócesis, el 17 de abril de A.D. 2023. Se toma la decisión de conformar diversas subcomisiones que permitan una mejor organización y ejecución de los diversos elementos necesarios para la celebración, las subcomisiones fueron las siguientes: Comunicación y Diseño, Espiritualidad y Liturgia, Peregrinaciones y Encuentros, Subsidios y Finanzas y Logística. 

Se habla también de la posibilidad de que una imagen peregrina de Nuestra Señora del Carmen, peregrine por todas las parroquias de la Diócesis de Puntarenas, recordando el especial patrocinio de la Madre de Dios en la vida del Pueblo de Dios que peregrina en nuestra Diócesis. 

Los encargados de dichas comisiones se reunirían una vez más en la Curia Diocesana el 22 de marzo de A.D. 2023, previo a la Solemne Celebración, con el objetivo de evaluar el caminar y funcionamiento de la organización de la Eucaristía, apertura de la Puerta Santa y el inicio del año jubilar, con los elementos propios de este acontecimiento: ornato y decoración, liturgia, peregrinación, promoción en redes sociales, invitaciones, alimentación y otros. 

En esta reunión se expuso también la novena preparatoria para la Santa Celebración que fue creada y elaborada por la Vida Religiosa presente en la Diócesis de Puntarenas.

El día 17 de abril del A.D. 2023, a las 10:00a.m. dio inicio la Santa Eucaristía en la celebración del XXV Aniversario de la erección de la Diócesis de Puntarenas. Se trató de una Eucaristía celebrada de forma estacional, que inició con su primera parte en la Plaza de las Artesanías de Puntarenas, fue el obispo de Puntarenas, Mons. Óscar Fernández, quien presidió la Santa Eucaristía, sus concelebrantes principales fueron el Nuncio Apostólico del momento, Mons. Bruno Mussaró y el presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica Mons. José Manuel Garita Herrera. Acompañaron también los demás obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica: Mons. José Rafael Quirós Quirós, Mons. Daniel Francisco Blanco Méndez, Mons. Bartolomé Buigues Oller, T.C., Mons. Mario Enrique Quirós Quirós, Mons. Juan Miguel Castro Rojas y Mons. Manuel Eugenio Salazar Mora. Además de los obispos eméritos: Mons. Ángel SanCasimiro Fernández, Mons. Vittorino Girardi Stellin y José Francisco Ulloa Rojas. 

Estuvieron presentes el clero en pleno de la Diócesis de Puntarenas y diferentes sacerdotes pertenecientes a las otras diócesis del país, asimismo varios sacerdotes formadores del Seminario Nacional Nuestra Señora de los ángeles.